viernes, 13 de junio de 2014

EL LEATHER DE LA MANADA

                              
                             
EL  LEATHER  DE LA MANADA


         Manuel Arenas es un amigo que conocí hace algún tiempo en un sauna gay, tuvimos un encuentro diferente al que estoy acostumbrado, Manuel con esa piel trigueña, oscura  y suave que me agrada mucho además de  no mal parecido, y a sus 30 años lo hacen un delicioso bocadillo difícil dejar pasar.

         Desde ese entonces nos empezamos a frecuentar en uno que otro sitio que compartíamos como afición, siempre supe que ambos teníamos una visión del sexo y de la vida muy similar aunque por ratos siento  a Manuel que cuando charlábamos en persona o por el Facebook  cierta dicótomia en su persona y en sus ideas, como que a veces avanzaba y luego retrocedía en conceptos que luego eran incongruentes entre sí. 

        Cosa que vi como una oportunidad para gastarle bromas de una aparente bipolaridad, bromas de una condición médica en la que a veces pensaba de una manera para inmediatamente irse al otro extremo sin mayor razón alguna. Bromas que aceptó sin complejos ni contemplaciones e incluso se adaptó muy fácilmente. Cosa que por demás considero saludable y muy inteligente en pocas personas. Siempre he creído que uno debe de aprender a reírse de uno mismo, a reconocer tus errores, virtudes, fracasos, simpatías, molestias y en la medida de lo posible asumir una postura de naturalidad ante  ellas.

         Manuel es un chico arequipeño, criado con ideas muy conservadoras a la vieja usanza, pero que creo intenta luchar contra ellas con resultados en ocasiones infructuosos.

         Me agrada tocar su piel, pasar mis manos por todo su cuerpo desnudo, a veces erecto, escuchar las cosas que dice, no intento aconsejarlo porque sé que no soy bueno para eso.

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Desde que yo  era un niño y descubrí que me gustaba mucho ver y tocar los penes de los primitos, amiguitos, compañeritos de colegio etc. Recuerdo que en contadas ocasiones tuve la experiencia de tirarme sobre la tierra o sobre la cama de algún otro mocoso cuando iba a visitarlo o cuando me visitaban o sobre algún lugar  cuando a escondidas nos tocábamos con algún otro adolescente.

Yo me dejaba masturbar y la sensación de que tengan el control sobre mí, intentando infructuosamente de evitar llegar a la eyaculación con la mente, era una sensación de estar en manos de la otra persona y que ésta regule y controle mi placer, para luego hacer yo lo mismo, tocarle, (en aquel entonces no besaba), estimularle , sobar, coger con fuerza y jugar con su pene erecto de tal manera que podría buscar la forma como estimularlo y sentir como jadeaba como hasta se podría retorcer de placer por ejemplo al estimular su glande, ( como hombre se perfectamente lo que se siente )  Para luego hacerlo eyacular dentro de algún vaso o cenicero de cristal  o dentro de lo que estuviera a la mano, siempre manteniendo el control de su pene y su eyaculación  no dejando que él se tocase.

 Era una sensación de poder, sentía que yo era el que mandaba y eso me excitaba muchísimo. Me terminaba lubricando como mínimo. Sentir su pene latiendo durante los segundos de la eyaculación, sentir su respiración, su jadeo. Aunque después de esos intensos momentos que de seguro se repetían muy a menudo venía un gran sentimiento de culpa y arrepentimiento de ambos.

Muchas de mis experiencias terminaban así en el tiempo que era adolescente, quizás se dio así porqué me marco mi primera experiencia sexual a los 8 años donde  masturbé a un tipo mucho mayor que yo hasta que eyaculara, claro que antes ya he escrito acerca de eso, no pasé por una violación. Yo era un niño bien erótico y sexual… solo eso.

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        En uno de mis tantos encuentros sexuales con diferentes personas he conocido muchas cosas en la cama y siempre intento tener una visión muy abierta a las cosas, he hecho lluvia dorada, he lamido pies, me han dado y he dado algunos que otros golpes y groserías  sin llegar a la barbarie, orgías, y un largo sinfín de etcéteras y aunque hay cosas que aún --- como suelo decir: “Tengo en agenda”-- .

         Siempre creí  que por mi larga experiencia, la paciencia y tiempo con las que me tomé algunas de ellas aprendí mucho del mundo del sexo, sin embargo la realidad pauta  otras cosas aún por aprender y temo que algunas de ellas me puedan gustar más de lo que supone. Cuando tenía mi vida sexual arreglada, cuando creía que ya sabía lo que buscaba  y lo que necesito aparece una nueva corriente vacía, oscura, bizarra que hace que vire los ojos hacía ella.

         Recuerdo que cuando tenía mi departamento hace algunos años y recibía la visita de muchos amantes ocasionales con los que tuve buenos, malos y regulares encuentros hubo una que fue diferente, no recuerdo el nombre del susodicho,…(fueron solo algunos cientos!! ) pero lo llamaré Christian.

 Christian era un chico con un rostro dulce, muy guapo, nos conocimos por internet, en aquel entonces el chat de moda era uno llamado LATINCHAT,( ignoro si aún está vigente). 

Christian fue a mi departamento de noche, tomamos algunos tragos y nos fuimos a la cama, la química era estable sin mucho en común ni tampoco muchas cosas que nos separen. Él estudiaba en la Universidad de Católica Ciencias de la Comunicación. Yo tendría unos 29 años y él 25 si mal no recuerdo. Bello cuerpo, una piel sin vellos, unos labios carnosos y ensalivados que le daban una sensualidad especial.

Empezamos como el sexo tradicional, besos, caricias, tocamientos, lamidas, mamadas mutuas etc. Para luego pasar a  la penetración, cuando me penetró me excité, no fue “estupendo” pero sí estuvo “bien”. Su pene era de unos 16cm. no grueso , curvado hacía la derecha, Sus movimientos de cadera rítmico de adelante hacía atrás, de derecha a izquierda  como si intentará llenar todos “mis vacíos” ,  algunas nalgadas y palabras gruesas.

Me cogió en “pose perrito”, luego “patas al hombro”, “patadita a la luna”, aquella noche él me penetró 3 veces y eyaculó las 3 veces, yo apenas 2, y terminé con el culo adolorido. Christian se tomaba su tiempo o quizás eran los efectos del trago que me hicieron pasarla bien.

Aparte de lo intenso de la noche, fueron los descansos que nos dábamos entre  polvo y polvo, charlábamos de lo que hacíamos, de la vida, del amor, me dijo que le gustaba mucho y yo obviamente le correspondía en elogios, y luego procedíamos a besarnos y a tocarnos como si el amor fluyera en nosotros desde ya hacía mucho tiempo, era un tipo muy agradable a decir verdad.

Antes de nuestro último polvo, se le ocurrió pedirme algo, me pidió que mientras él se echaba en la cama, le haga masajes a sus pies. Solo a sus pies, que eso era lo que le gustaba mucho. Me dijo que normalmente no suele pedir eso a “desconocidos” que solo lo había hecho con su  pareja que alguna vez tuvo, pero que le caí en gracia que se tomó la libertad de hacerlo. Pedido al que accedí claro está.

Echado en mi cama, con sus codos en  45 grados viéndome como empezaba a cogerle sus pies, absolutamente limpios, bien cuidados, con dedos delicados, pies blancos y con las uñas bien recortadas y  algo coloradas que denotaban buena salud en su persona, empecé a tocarlos muy suavemente con mis dedos, a modo de hacerle masajes tocaba su planta, su empeine, sus talones, sus tobillos , yo desde abajo con una vista de su cuerpo desnudo placentera, mirándole sus rodillas, piernas, pene, sus vellos púbicos su abdomen, su rostro, sus ojos.

Me dijo:

----- Bésalos, Bésalos como si fuera un rostro, chupa los dedos, chúpalos suavemente con placer como si saborearas algo.

----- Algo que no podía dejar de ver eran sus ojos, hasta diría que titilaban e irradiaban lujuria,  como cuando vez algo con ahínco y emoción.

----- Aunque sentí algo de resistencia al principio cada vez que puedo intento tener una mente abierta a las cosas nuevas en la vida y ésta, no era una excepción.

Así que empecé a besar su pies, primero uno luego el otro, luego ambos, darles suavemente su lamida, mi lengua se secaba y volvía a ensalivar-me ya que algunas zonas de  la piel que envuelve los pies suele ser áspera por muy cuidada que ésta este. Le prodigaba suaves mordidas, en los tobillos y en la zona debajo de los dedos donde hay como una zona algo callosa pero se dé algunos casos que es bien sensible.

----- Esta bien ¿?--- le preguntaba algunas veces,

----- Sí me dijo--- muy bien.. Chupa dedo por dedo, con cuidado, despacio, dales besito. 

---- Mientras me miraba con esa mirada que antes describí.

Así estuve buen rato. Lo que me entretenía era que durante todo esa adoración por sus pies su pene se erectó y se mantuvo así todo el rato, había momentos en que yo al encontrarme arrodillado en el piso que tenía una alfombra de color azul oscuro  y que evitaba que me haga frío, él se sobreponía con sus brazos en la cama como sentándose  entonces estiraba su brazo y me acariciaba la cabeza, me movía los pequeños cabellos de mi cabeza (yo siempre he usado el cabello bien corto), tocándome la cabeza como cuando acaricias a una mascota y mientras tanto el movía sus pies y por ratos cogía sus piernas y con fuerza suficiente presionaba mi cabeza con ambos pies, sus dedos eran diestros me tocaba el rostro suavemente, mientras con su otro pie los hombros el pecho, jugaba con mis pechos, con mis tetillas, con mi cuello, todo con ambos pies, tenía una gran agilidad con sus dedos.

 Él solo metía sus pies dentro de mi boca, incluso a veces yo tenía que retroceder un poco ya que quería meterme al menos medio pie y eso me daba sensación de nauseas.

Pasó un buen rato de hacer eso, debo decir que lo que me mantenía en atención era mirarle y tocarle  su pene erecto, era la primera vez que eso me pasaba, había escuchado de ese tipo de fetiches, pero nunca tuve algo tan cerca, incluso tenía la sensibilidad de tocarme los lóbulos de mis orejas y acariciarlas muy suavemente y yo en ese preciso momento cerraba los ojos  para sentir sus pies, no creo al menos en mí experiencia que un dedo o una lengua haya hecho tan bien su trabajo en una zona tan sensible que yo tengo, incluso sus dedos fríos de los pies te da una sensación diferente a los dedos de las manos. 

Christian tenía todo el control de la situación, él decidía cuando debía chuparle los pies y cuando él me acariciaría, estuvimos un buen rato así, yo por momentos sentía la necesidad de darle una mamada, de cogerle los huevos y metérmelos a la boca, cosa que normalmente suelo hacer, pero él me detenía, me ponía su pie en la frente, siempre suavemente, y sin decir nada evitaba mí cometido. La sensación seguía siendo agradable.

Yo podía observar sus testículos y parte de su entrepierna, Christian tenía un rico culo, sin pelos, aunque blandito pero con nalgas bien formaditas, yo le miraba el culo, intentaba mirar su ano pero sus nalgas que sostenían su cuerpo sobre la cama  lo impedían, sus testículos que por ratos se elevaban hacía la base del pene (eso sucede cuando hay un grado de excitación que invita a la eyaculación)

En un momento se puso de pie y yo de rodillas ante él, mirandolo sumiso  todo su  cuerpo desnudo, sintiéndome “menos que él” , quise pararme para besarle y acariciarlo como “normalmente” yo lo hago, pero con su mano evitó nuevamente que yo hiciera lo que quería. Yo arrodillado a la altura de su pene mirándolo como perrito castigado hacía arriba, de frente a los ojos y él a mí, con su mirada fija y dominante, me dijo:

----- Échate boca arriba!!.

----- Yo le pregunté: Pero para qué ¿?

----- Tu solo échate!...y eso hice.

----- Christian jugó conmigo, siempre con esa mirada penetrante, incluso a veces me daba la impresión que no parpadeaba. Me ponía sus pies en la cara, uno por uno, y hacía lo mismo, me los metía a la boca, tocaba mi rostro, tocaba mi pecho, mi barriga, las partes blandas siempre eran toques suaves y precisos en las partes duras siempre aplicaba más presión. Incluso se paró encima de mi pecho, debo decir que no pesaba mucho, y con sus dedos arrugaba mi piel, como si yo fuera su alfombra de piso.

----- Me dijo: Respira hondo!! (Con una voz de orden), ---- y yo lo hacía. Aunque con cierta dificultad por su peso. Y nuevamente la danza de besos, lamidas caricias a su pies, a sus dedos, todo un baile de idolatría podológica, intenté hacer lo mejor que pude, incluso le decía siempre: “Esta bien” ¿?---- , y él ya no me respondía, solo me miraba fijamente y asentaba con la cabeza un gesto de afirmación.

Habremos estado así una media  hora, pero yo ya necesitaba lo que me gusta, siempre estuvimos  erectos, yo a veces me estimulaba masturbándome,  incluso cuando lograba tocar su pene estaba lubricado, no estaba acostumbrado a esa escena pero tenía algo de erótico, bajó de mi pecho, yo me puse de rodillas, esta vez se agachó y me ayudo a ponerme en pie, y nos besamos con  un beso apasionado y hasta diría de pasión. Me cogió con fuerza y me tiró a la cama, y se posó en mi apasionadamente, cuerpo con cuerpo de deseo, una excitación algo diferente a cuando empezamos.  Y luego me hizo el amor por tercera vez con tesón, con furia, y con más ganas. 

Yo  por ratos tengo esa mala costumbre de pensar durante el sexo, me preguntaba:

----- ¿qué  había hecho?, No por lo trágico sino algo así como que diablos fue todo eso ¿?.

Al final él eyaculó dentro de mí , yo no pude hacerlo por tercera vez, pero disfruté el momento. De ahí nos quedamos desnudos abrazados  enredados y “en-piernados “hasta el día siguiente.

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Manuel Arenas me comentó en alguna ocasión tiempo atrás que tenía practicas leather y que la primera que nos conocimos en un sauna al intentar conocerle bien, terminé no sé si por pedido de él o por  iniciativa mía besándole los pies.

 Me sentiría bien saber que fue porque yo tomé la decisión aquella vez, dicha acción me demostraría que no estuve tan lejos de apenas empezar a tocarle “sentir” que yo una persona “dizque” experimentada en el sexo, sabía lo que hacía, de alguna manera sentirme en el poder de decidir estas cosas me hacen sentir bien, estos juegos de ser un ángel seductor o de entregar tu placer a una persona  me causan tensión y placer.

Manuel Arenas y yo últimamente hemos coincidido de manera deliberada o incluso de casualidad en la sauna gay que frecuento. A veces nos ponemos a charlar, lo toco, me gusta escucharlo, demuestra cierta sapiencia y capacidad de análisis de algunos temas que me impresionan, particularmente pienso que no hay nada más excitante que la inteligencia en las personas.

Sin embargo no es nada sofisticado en sus gustos, tiene su grupo de amigos más o menos de su edad con los que hace deportes, sale de viajes , va al cine, a las discos, tiene porte varonil aunque cualquier ojo gay bien entrenado sabría inmediatamente  al mirarlo que es gay.

Admiro su capacidad de sortear lo que los demás gays no logran hacer y es asumir su soledad de no tener pareja hace ya  buen tiempo. 

Yo,   de no tener  en mi vida a un ex con el que ya somos amigos desde buen tiempo y compartimos aventuras, experiencia y compañía, no sé cómo actuaría ante el círculo gay que me muevo. La compañía de mi ex me da de alguna manera estabilidad, siempre me la dio.

Un día quedamos en ir a una fiesta leather que ya antes me habían invitado otras personas de las redes sociales, y aunque al principio me dijo que no iría luego Manuel Arenas se terminó por animar y así fuimos aquel sábado por la noche.

Algo de información tengo acerca de los leather ya en éste tiempo, incluso disfruto cierta “violencia durante el coito anal”, pero soy consciente que no se puede forzar a las personas a hacer algo que va en contra de lo que su naturaleza sexual manda. Sí son personas pasivas a la hora de hacer el amor, lo mejor es adecuarse a las circunstancias e intentar pasarla bien, sea quien sea quien te toque en la cama, para un promiscuo convicto y confeso  como yo es importante tener en mente eso y buscar el “lado bueno de cada individuo ”.

Ya dentro de aquella casa lúgubre, en el centro de Lima,  con velas, y de una oscuridad siniestra, pagamos nuestras entradas y nos quedamos en truzas negras que sugirieron los administradores quienes fueron bien amables en todo momento, desde que entré lo primero que te inspira es el respeto hacia los demás, incluso por teléfono cuando llamé me dijeron que nadie me obligaría a hacer nada que yo no quisiera, me pareció buen punto.

En la entrada me explicaron cómo era la situación que habían dominadores o amos, dominados o esclavos y los populares switchs que son los que hacen ambos roles según quien les toque. Y así  entré  hacía lo que sería mi primera reunión leather.

Seríamos algo de treinta y algo de personas que llegaron al recinto, vi cómo le hicieron a un tipo lo que popularmente se conoce como fisting (meter la mano hasta poco más que la muñeca por el ano con un guante quirúrgico y abundante lubricante), vi una lluvia amarilla, (practica que hice hace años). Vi como sometían con presión y mucha disciplina a algunos esclavos que eran sodomizados y penetrados con furia. Furia que me resultaba excitante… muy excitante.

Las personas tocaban todo lo que podían tocar. Yo no logré hacer mucho quizás porque hay códigos de seducción entre los leather que yo aún no conozco, códigos que sirven para saber quién es esclavo o amo, además estaba algo intimidado debo de reconocerlo.

 Pero Manuel Arenas tuvo la genial idea de atarme los brazos hacía arriba  a una “X” gigante de madera colgada en la pared y que me dejaba a merced de los que quisieran hacerme algo. Él procedió como “gran amigo y conocedor” a someterme, tocándome chupándome los pechos que los tengo algo grandes por lo gordo que soy, la sensación era intensa, estaba atado sin poder defenderme, se acercaron otros tipos a querer hacerme lo mismo, nunca he sentido tanto placer que proviniesen de mis gordos  pechos.

Pasaba la noche y veía entretenido y con mucha curiosidad como era “este mundo”, con el pasar de las horas al final todo resultó conocido, no era nada del otro mundo lo que veía, al menos para mí. No es nada que no haya visto o hecho  en alguna orgía donde haya participado. Salvo algunas prácticas que definitivamente por la situación, el lugar y las personas resultaba con cierto matiz diferente y apropiado para la ocasión.

Manuel me pidió que le chupe los pies como aquella vez que por primera vez nos conocimos en el sauna, cosa que hice, luego  tuvimos un "revolcón" de juegos sexuales sin penetración sobre una cama derruida y diría que hasta algo sucia de no ser por la penumbra que tapa todas las manchas de pecado. Luego al final, salimos yo con una sensación de haber experimentado algo más para poderlo escribir, sin embargo NO logré sentirme un leather, creo que no le encuentro la onda AÚN  a esa forma de sexo.

Alguna vez leí que lo más primitivo que tienen los cerebros de todas las especies se llama la zona “límbica”.

Desde que nuestros ante pasados eran  simples organismos celulares empezaron a existir hace miles de  millones de años lo primero que buscaron era la supervivencia  y la preservación de la especie en un medio hostil y muy duro. 

La evolución hizo de todos los seres una permanente mejora de adaptación al medio ambiente y a los cambios que se suscitaban. Por ende el sexo tenía que ser importante, primordial, y prioritario,  el sexo era salvaje siempre lo fue, el sexo hoy en día es salvaje y  primitivo.

 Es imposible “hacer el amor con solo caricias y amor”,.. Tiene que haber el momento antes del clímax que nos volvemos “Muy salvajes o intensos”, además aflora lo que realmente somos como personas, nuestras emociones más secretas afloran en esos segundos de placer.

Pero como no todo es una regla y el humano al poseer el cerebro más sofisticado e inteligente  de todo el planeta, hace de su sexualidad sea  mucho más compleja, donde se mezclan las emociones, los recuerdos, los traumas, las carencias o abundancias afectivas, costumbres e incluso los “Valores morales”  que termina haciendo de la sexualidad humana  algo muy complicado de entender y hasta frustran-te

Los leather (cuero o piel)  desde mi humilde entender desarrollan el apasionamiento, el deseo, la lujuria  por el poder o la sumisión y la humillación al máximo, de la práctica del sado-masoquismo y la violencia controlada.

Desde los 90´s  en la comunidad gay se ve el realce de este fetiche por las prendas en cuero o el uso del color negro sumado al estereotipo de un individuo muy masculino con cara de pocos amigos además de  macho varonil.

Hasta donde sé,  un  tipo leather que se respete hará sus prácticas sexuales de manera ordenada y en franco acuerdo con la otra parte. Mi experiencia leather me resulta interesante, saca de mis algunas fantasías de mi yo interno, fantasías naturales que me son inherentes desde niño.

No sé si estará en mis genes, creo pensar que hay condiciones humanas que se forjan por el entorno. Y  en mi búsqueda permanente del placer y de nuevas prácticas de sexo, yo que  pensaba que ya sabía lo suficiente, hoy me encuentro ante algo nuevo, ante algo extraño, y rico.











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